Esta es la segunda parte de una serie de tres. Lee la primera entrega aquí.
Como milenial, cuando empecé a trabajar en mi primer puesto de gestión como supervisora, no tenía décadas de experiencia que me avalaran. Lo que sí tenía era curiosidad y la voluntad de probar nuevas herramientas. Experimenté con plataformas que me ayudaron a hacer el onboarding más rápido, conocer los puntos fuertes de mi equipo y lograr que los proyectos siguieran su curso. Esa apertura a la tecnología no era una simple cuestión de conveniencia. Se convirtió en un modo de subsanar las deficiencias y ejercer mi rol de supervisora con confianza.
Me hizo pensar lo siguiente: ¿la flexibilidad de los mileniales es la clave para salvar las distancias entre los métodos tradicionales de trabajo y las nuevas tácticas centradas en la tecnología? Somos nativos digitales que nos criamos con la tecnología como algo natural. En nuestros entornos de trabajo, fuimos los impulsores de Slack y Zoom. Y sí, le mostramos a todo el mundo (seguramente, más de una vez) cómo exportar un archivo de Word como PDF. Ahora, estamos listos para promover el aprendizaje por IA.
A los directores del área de Aprendizaje y Desarrollo les propongo que recurran a nosotros para propiciar la transformación en torno a la IA. Si trabajamos codo a codo, la adopción de esta tecnología no se dará poco a poco, con cada implementación gradual, sino que se extenderá a toda velocidad. Ya lo hemos hecho y lo volveremos a hacer. Te cuento cómo tus supervisores mileniales te pueden ayudar a personalizar los programas de aprendizaje como nunca:
Siempre hubo intentos de personalizar los programas de aprendizaje corporativos. Durante años, lo único que había era una lista de cursos recomendados según el departamento de cada trabajador. Hoy, la IA cambió el paradigma. Las plataformas reconocen las habilidades actuales, las correlacionan con los objetivos profesionales y adaptan los itinerarios de aprendizaje a medida que los empleados evolucionan.
No obstante, como supervisora entendí que la tecnología en sí no es lo que motiva el cambio. Eso está en manos del personal. Los integrantes de mi equipo nunca se entusiasmaron con “un sistema nuevo” porque lo implementara el área de RR. HH. Se convencían cuando me veían a mí usándolo, hablando sobre sus resultados y demostrando cómo les facilitaba el trabajo.
Los supervisores mileniales estamos mejor preparados que nadie para incentivar la adopción de nuevas tecnologías. ¿Por qué?
Cuando los supervisores usan la IA para el aprendizaje, se convierte en algo normal para los empleados.
La primera vez que hice una prueba piloto con una herramienta de aprendizaje por IA, enseguida me di cuenta de algo. Mi equipo dejó de pasar horas buscando materiales de consulta. La plataforma le mostraba exactamente lo que necesitaba en el momento justo.
Así es la IA aplicada a los programas de aprendizaje:
En mi rol de supervisora, para mí el mayor cambio se dio porque Degreed Maestro, nuestra IA pensada específicamente para el aprendizaje, me ayudó a ser mejor coach. En lugar de adivinar qué necesitaba mi equipo, pude consultar estadísticas sobre sus habilidades y avances. Así, mis reuniones individuales empezaron a ser más provechosas y nuestro trabajo, más eficaz.
Esta es la diferencia que noté de primera mano:
Cuando conté cómo la IA me sirvió para hacer una investigación de la competencia en la mitad del tiempo que lleva habitualmente, los demás integrantes del equipo se interesaron. No porque yo les haya “vendido” esta tecnología. Les mostré cuáles eran sus posibilidades.
Por eso los supervisores mileniales actuamos como un factor multiplicador. Gracias a nuestra voluntad de hacer pruebas y difundir los resultados, en el campo del aprendizaje la IA gana credibilidad entre los empleados de las distintas generaciones que supervisamos.
¿Cómo puedes aprovechar a tus supervisores mileniales para acelerar la adopción del aprendizaje por IA?
Tarea breve: Elige a cinco supervisores que desempeñen roles en los que haya cambios muy dinámicos. Dales acceso a una prueba piloto de un programa de aprendizaje por IA. Pídeles que presenten los resultados (por ejemplo, la aceleración del proceso de onboarding o el aumento de la participación del equipo) en la siguiente reunión de la cúpula directiva.
Con la IA, es posible personalizar los programas de aprendizaje a gran escala. No obstante, su adopción depende del personal, no de las plataformas. Como supervisora de la generación milenial, he visto la rapidez con la que responden los equipos cuando notan que la tecnología facilita su trabajo y les da esperanzas para el futuro.
Por eso, las empresas no pueden pasar por alto a esta generación. No solo nos sentimos a gusto con la IA, sino que la usamos con confianza. Y si las empresas nos dan la posibilidad de llevar la delantera, además de implementar la IA en el aprendizaje, lograrán que se reciba con los brazos abiertos.
Cuando los mileniales podemos tomar decisiones y sentar las bases necesarias, las empresas no se limitan a mantenerse a la par de los cambios: son ellas las que marcan el ritmo.
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